A los 40 y 50 años de edad muchas mujeres necesitan consolidar una imagen de abundancia y armonía que les permita abrir las puertas que antes parecían cerradas. Es el momento de afianzar y proyectar lo que realmente se quiere ser: mujeres independientes, elegantes y con la distinción necesaria para validar nuestros principios. Cuando llegamos a esa edad queremos que nos vean como mujeres de confianza, positivas ante la vida. Y todo esto es posible, -¿cómo?- a través de nuestra imagen personal, porque es nuestra primera carta de presentación.
Mi experiencia personal: tengo 57 años y soy consciente de los cambios significativos que se experimentan y la percepción que por momento tenemos de nosotras mismas. A partir de los 43 años comencé a desarrollar una mayor autoconfianza y seguridad. Aprendí a valorar los logros y las experiencias y todavía lo sigo haciendo. Se ha vuelto más claro lo que realmente deseo en la vida, tanto en lo personal como en lo profesional y mis decisiones son más audaces y alineadas con mis propósitos.
Ese cambio se manifiesta principalmente en la mentalidad y en lo que se desea lograr, pero también es importante recordar que nuestra imagen es primordial porque a través de ella podemos proyectar lo que deseamos que los demás vean de nosotras. Conocer nuestra figura, identificar nuestras potencialidades y entender las características de nuestra silueta son indispensables para destacar lo mejor de nosotras. Al vestirnos debemos centrarnos en los aspectos que realmente queremos resaltar.
Recomendaciones para potenciar la imagen elegante a los 40 y 50 años
- Para realzar y aportarle luminosidad al rostro, puedes usar un broche en la solapa de una chaqueta, un abrigo, una blazer o adornando un vestido de fiesta. Conseguirás un toque sofisticado, refinado y proyectarás seguridad a raudales.

2. Los pañuelos y las bufandas alrededor del cuello también pueden servir para sofisticar el rostro y la vestimenta. Opta por usarlos de colores que potencien a tu tipo de piel. En pieles frías, puedes usar tonos neutros como el gris perla, blanco gélido, azul marino y negro, entre otros de esa paleta cromática y en pieles cálidas un pañuelo o bufanda en colores ocre, mostaza, marrón chocolate, verde oliva saturado, naranja tostado son ideales para resaltar tu belleza natural. Juega con los colores de las demás piezas para evitar recargar de colores el conjunto.
Si quieres lucir ropa informal e inclusive deportiva para tu día a día, úsala con una tercera pieza de corte clásico elegante, que en vez de restar sume, y así tu estilo no se verá dañado. No obstante, si quieres conseguir conjuntos memorables inclusive sports, tienes que tener muy claro cuáles son tus estilos al vestir para que los puedas mezclar y puedas crear conjuntos que te potencien y sigan manteniendo el aura de elegancia.

3. Combinar prendas tanto para la parte de arriba como para la parte de debajo en tonalidades similares o de la misma gama cromática: estiliza la silueta, aporta refinamiento a todo el conjunto y si los colores elegidos son los recomendados pata tu tipo de piel, conseguirás una imagen de impacto. Recuerda que los cortes de las prendas son determinantes para distinguir un conjunto elegante, de uno no elegante. Evita prendas muy ajustadas al cuerpo y de tejidos de poca calidad.

4. Cuando se quiere proyectar una imagen elegante, los tejidos de las prendas deben tener calidad máxima, porque ese detalle puede derrumbar un atuendo por muy bonito que sea. En primavera/verano usa tejidos como la seda, algodón, organza, popelín, lino de calidad y en otoño/invierno, tejidos como el cashmere, la lana, la pana – tendencia esta temporada- y otros de tacto confortable son los aconsejables. Evita tejidos sintéticos y poliéster de baja calidad.

5. Y por ultimo, pero no por eso lo menos importante: «el saber estar», la educación , los modales en cualquier momento de nuestro día a día. La vestimenta y lo que elegimos para vestirnos, peinarnos y maquillarnos son solo algunas de las categorías que componen la imagen personal, todas deben ir unidas. No podemos separar una de la otra, ya que también debemos añadir el comportamiento y la actitud que exhibimos en cada momento.
Estos elementos son pilares fundamentales para que la imagen que proyectamos sea coherente y adecuada. La coherencia entre lo que llevamos puesto y nuestra forma de actuar es esencial. no basta con vestir ropa bonita; la vestimenta es solo una parte de todo. Es crucial que todos estos aspectos se alineen, creando una imagen sofisticada y memorable. Cuando se logra esa sintonía, la impresión que dejamos en los demás se vuelve significativa y durardera.

Mi misión como asesora de imagen es guiar, asesorar y acompañar a mujeres a descubrir como utilizar su imagen como una verdadera estrategia. Les enseño a proyectarla de manera consciente en todas las facetas de sus vidas, convirtiéndola en un lenguaje silencioso que habla sin pronunciar palabra.
Gracias por haber llegado al final de esta publicación.

